Emprender, parte de la necesidad de cubrir gastos propios o de una oportunidad en el mercado. Involucra ideas, exige esfuerzo y trabajo; como resultado se puede obtener satisfacción monetaria como emocional: salir del desempleo, ser autónomo, incrementar ingresos o continuar con alguna tradición familiar.
En la actualidad muchos jóvenes se han convertido en un importante sostén en sus familias; incluso según el INEI, mujeres cada vez más jóvenes asumen las responsabilidades del hogar. El 48,5% de jefes de familia menores de 20 años son mujeres, más de 10 puntos porcentuales por encima de su participación en otros grupos de edad. En ese contexto, muchos de nuestros emprendedores jóvenes gestionan su propia oportunidad desde una necesidad.
Según el Global Entrepreurship Monitor Perú 2018-2019, los emprendimientos en edad temprana, es decir aquellas iniciativas involucradas en la puesta en marcha de un negocio o donde el negocio tiene menos de 3.5 años de existencia, son desarrollados principalmente por jóvenes de 18 a 24 años quienes representan el 18.4% y de 25 a 34 años es un 30.9%; siendo el sector del comercio mayorista y minorista que tiene mayor participación. Este tipo de emprendimientos requieren de una adecuada capacitación y asistencia técnica para la formulación y elaboración de planes de negocios, financiamiento y sensibilización como facilidades para su formalización. De igual modo, debe buscarse poder incentivar el emprendimiento en otros sectores como agricultura, manufactura, servicios TIC y otros. Estos emprendimientos con las herramientas adecuadas podrían tener la capacidad de impactar en el PBI y también la construcción de capital social.
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